El universo está en continua expansión y de ello se encarga la energía oscura, que supone un misterio para la física. En este contexto nació el proyecto DESI, que ha publicado este jueves el mapa del cosmos en 3D más grande jamás construido. Para ello ha recogido datos durante un año para cartografiar después miles de galaxias y cuásares. Asimismo, ha medido la expansión del universo a lo largo de 11.000 millones de años, con una precisión sin precedentes. Es la primera vez que se mide la historia de esta expansión en un periodo tan temprano.
El estudio DESI (siglas en inglés de instrumento espectroscópico para la energía oscura) ha sobrepasado al conjunto de todos los mapas previos y ha confirmado, de momento, las bases del actual modelo estándar cosmológico, según han confirmado sus responsables. Todo esto ha sido posible gracias a un conjunto de 5.000 pequeños robots giratorios, cuidadosamente coreografiados e instalados en el telescopio Nicholas U. Mayall, en el observatorio de Kitt Peak, en Arizona. Liderado por el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, durante el proyecto han participado 70 centros, entre ellos varios españoles, y han contado con la colaboración de cerca de 900 científicos.
"Estamos increíblemente orgullosos de los datos, que han producido resultados cosmológicos líderes en el mundo y son los primeros de la nueva generación de experimentos sobre energía oscura", ha afirmado en una nota Michael Levi, director de DESI y científico del Berkeley Lab. Entender cómo ha evolucionado el universo está directamente relacionado con comprender su futuro y con la energía oscura, que se estima que constituye un 70% del universo, si bien todavía no se conoce ni su fuente ni cómo funciona.
La materia y energía oscuras
En el universo, la materia normal es la que integra los planetas, cuerpos o estrellas y representa un 5%. El resto está en forma de energía y materia oscuras. La materia oscura, cuya existencia se formuló hace más de medio siglo, no emite luz pero ejerce atracción gravitatoria y representa un 25 % del universo. La energía oscura es diferente, pues se creía que la expansión del universo era producto del Big Bang en que se originó todo, si bien esto ha resultado falso.
DESI tiene el objetivo de medir la historia de la expansión del universo con muy alta precisión, aportando pistas para entender qué es la energía oscura. Según sus estudios, la materia y la citada energía oscura condicionan la expansión del universo, pero de manera opuesta. Tanto la materia normal como la oscura ralentizan la expansión mientras que la energía oscura la acelera. Por tanto, la cantidad que haya de cada una de ellas determina la evolución del universo.
Hacen falta más datos
De momento parece que los primeros resultados del proyecto concuerdan con las predicciones del modelo actual, si bien se están viendo algunas diferencias potencialmente interesantes que podrían indicar que la energía oscura está evolucionando con el tiempo, según ha apuntado Michael Levi. Estas diferencias pueden desaparecer o no con más datos. "Estamos impacientes", ha asegurado el director del proyecto. Por otro lado, Hui Kong, del Instituto de Física de Altas Energías, en Barcelona, también ha señalado que hay algunos indicios que apuntan a pequeñas variaciones temporales en la densidad de energía oscura, aunque son necesarios más datos para confirmarlo.
En esta misma línea Francisco Prada, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y de la colaboración DESI, ha coincido con Kong y Levi en que hacen falta mucho más datos. Lo importante del primer año, según ha declarado, es haber comprobado que el instrumento funciona. "Todo está bajo control, el experimento se consolida", ha indicado. Así, para Francisco Javier Castander, del Instituto de Ciencias del Espacio y del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña, "es emocionante" ver cómo estos resultados dan una visión precisa de cómo es el universo. Esto solo es el principio, con nuevos datos las medidas serán aún más precisas, ha incidido en un comunicado del CSIC.
Ahora se vive "una época dorada de la cosmología", con proyectos como DESI o la misión espacial Euclid que podrían afirmar el modelo estándar o adentrarse en una nueva física, ha concluido Prada, quien asegura no tener predilección por ninguno de los desenlaces. "Lo realmente interesante es el camino", ha revelado. El proyecto durará cinco años, y finalmente creará un mapa tridimensional de tres millones de cuásares y 37 millones galaxias. La representación española en el proyecto se ha visto de la mano de Ciemat, Instituto de Ciencias del Cosmos de la Universidad de Barcelona, Instituto de Física Teórica y el Instituto de Astrofísica de Canarias.
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